Internet se ha convertido en la herramienta esencial para multitud de empresas y usuarios como una canal veloz, sencillo y poco costoso. Las cifras de internautas y transacciones comerciales crece exponencialmente año tras año, obteniendo unas cifras consolidadas muy superiores a las pasadas previsiones. Como en cualquier ámbito, existe la otra cara de la moneda, el número de acciones fraudulentas también ha crecido exponencialmente gracias a la creación de la red de redes.

Aparentemente, todas estas acciones responden a un objetivo común, obtener un máximo beneficio a costa de otras personas y/o empresas de manera ilegal. Existen diferentes tipos, desgraciadamente muy comunes, de estafas online. Una de las opciones más utilizadas es el Phising, la imitación de una entidad financiera para obtener los datos bancarios. Entre las otras opciones se puede encontrar la venta y distribución de productos falsificados como ropa o medicamentos, pagados obviamente como si fuesen los originales, o como el caso de las descargas de programas que resultan ser virus con objetivos ligados al robo de datos, etc. Toda esta economía sumergida mueve elevadas cantidades de dinero, ya sea en robos y engaños, como en ventas de productos ilegales.

La estafa típica está centrada en la exposición online del concepto, su compra, y la recepción de un producto que se aleja de la primera imagen obtenida por el comprador. En esta situación, se puede efectuar una denuncia a las entidades públicas, aunque la poca transparencia de estas asociaciones estafadoras hace que la investigación se complique debido a múltiples aspectos como, nombres falsos, domicilios sociales en el extranjero, personas ficticias, etc.

Parecen objetivos de detectives privados, ya que el hecho de descubrir todos aquellos datos útiles para poder presentar una demanda óptima, y de este modo recuperar la cantidad monetaria perdida, debería ser tratados con una dedicación completa y profesionalizada.

Bajo el escudo que proporciona el anonimato de la red, distintas personas creen que los delitos son menos perseguidos, cuando en realidad, día tras día diversas organizaciones trabajan para erradicar toda esta problemática.