Pérdida desconocida
Con la crisis se acentúa el hurto de alimentos, bebidas y artículos de cuidado personal
La vulnerabilidad ante los posibles asaltos externos es lo que más suele preocupar a los empresarios que a menudo descuidan las pequeñas sustracciones que se producen dentro de las compañías y que tiene un efecto igualmente dañino. No se trata de obsesionarse y retirar la confianza a los empleados, pero sí de implantar algunas medidas para evitar que se produzca o minimizar los riesgos a sufrir este hurto interno.
- España encabeza, junto a Francia y Holanda, el hurto en el Retail europeo
- El índice de pérdida desconocida alcanza en España el 1,4% de las ventas y representa 2.617 M€
- Los costes de la pérdida desconocida suponen a cada familia española en 2012 una media de 142 €
La posibilidad de llevar a cabo un “delito” con pocas probabilidades a ser descubierto es justamente lo que invita a ejecutarlo. Por lo tanto, la primera variable a erradicar es la oportunidad. Debemos implementar medidas de control que disuadan los robos internos.
Efectuar inventarios de manera regular y con frecuencia es una manera útil de detectar cualquier irregularidad en el stock de un almacén. Es recomendable también no otorgar toda la responsabilidad a una sola persona, sino repartir el control para que sea más difícil que los empleados se sientan tentados por quedarse con algo de la empresa.
Es recomendable no dejarse ningún eslabón ni pasar por alto a los cargos directivos, a pesar de que sea éste justamente el grupo más delicado debido a que se trata de personal de confianza.
Es importante también evitar que se pueda caer en la justificación concienciando a todos los empleados del daño que causa a la compañía estos actos y, consecuentemente, el riesgo que corre la estructura de la misma, que se puede ver afectada directamente si las pérdidas de la empresa aumentan.
Fuentes: Barómetro Mundial del Hurto en Distribución
Euromonitor Internacional Ltd. 2013